Obama intenta calmar la inquietud árabe ante un acuerdo con Irán
La ausencia de algunos de los líderes invitados y las discrepancias de fondo entre EE UU y sus aliados deslucieron este jueves la reunión del presidente Barack Obama con representantes de las monarquías del golfo Pérsico. En Camp David, escenario de cumbres históricas, Obama intentó calmar la inquietud entre los árabes suníes
por el acercamiento al Irán chií. Las garantías de seguridad que el presidente ofrece a sus aliados son insuficientes ante el temor en la región al expansionismo iraní.
La cumbre de Camp David (Maryland) es un ejercicio de persuasión, una señal por parte de EE UU de que, pese a los nuevos movimientos en un Próximo Oriente convulsionado por el ascenso de los yihadistas del Estado Islámico, los viejos amigos siguen contando.
En la residencia presidencial de los montes Catoctin, a cien kilómetros de Washington, Obama recibió a representantes de los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC, en sus iniciales en inglés): Arabia Saudí, Kuwait, Catar, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Omán. De estos, solo acudieron a la reunión dos monarcas, el de Catar y el de Kuwait.
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